Literatura 4: 

Evolución y características generales de la generación del 27 a través de algunos de sus principales autores: Salinas, García Lorca, Alberti, Cernuda y Las Sinsombrero.

En una situación general de deseo de renovación (es la época de las vanguardias), en los años veinte surge un grupo de poetas que marcarán profundamente la poesía española e hispanoamericana del siglo XX. La consideración de estos poetas como una generación se debe a que nacieron en fechas cercanas, a sus fuertes lazos de amistad y a la influencia y el intercambio cultural que se produjo entre ellos. Todos publicaban en revistas literarias comunes (por ejemplo, Revista de Occidente, fundada por Ortega y Gasset), sentían una admiración profunda por Juan Ramón Jiménez (que puede considerarse el "jefe espiritual" del grupo), conocían la tradición literaria española y se abrieron a la renovación radical de las vanguardias. El nombre de "generación del 27" hace referencia a un acto en el Ateneo de Sevilla en 1927 para conmemorar el tricentenario de la muerte de Góngora, al que acudió la mayoría del grupo. Los poetas más relevantes de esta generación son Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Dámaso Alonso.

Son artistas muy preocupados por conocer las últimas ideas europeas, viajan y leen a los autores extranjeros más modernos. No intentan ser populares y escapan de las formas de literatura generalmente aceptadas en su época. Por ejemplo, no quieren que la poesía provoque reacciones emocionales en los lectores, sino que apelan a su inteligencia. El punto de partida es que pocos van a entenderles y que así debe ser. Con la guerra civil y, sobre todo, en la posguerra, muchos abandonarán (parcialmente) esta actitud e intentarán hacer una literatura que llegue mejor al público.

En cuanto a la evolución del grupo, los críticos suelen distinguir tres etapas:

  1. De 1918 a 1925 . la etapa de formación, con fuerte influencia de Juan Ramón y del ultraísmo (el movimiento vanguardista español). 
  2.  Entre 1926 y 1929 estos autores encontraron su voz más personal y puede hablarse de tres tendencias fundamentales:

 *El neopopularismo, representado sobre todo por Rafael Alberti y García Lorca , que escriben composiciones breves, de verso corto, algunas con estribillo, en las que se mezclan la influencia de la lírica popular con imágenes vanguardistas, como sucede en Romancero gitano, de Lorca, o en Marinero en tierra, de Rafael Alberti.

*La poesía pura, influida por Juan Ramón, presente en autores como Cernuda, Pedro Salinas y, sobro todo, Jorge Guillén (Cántico).

*El surrealismo y la influencia de otros movimientos de vanguardia (creacionismo y ultraísmo) que aportan imágenes visionarias y el uso del verso libre, como puede apreciarse en Poeta en Nueva York, de Lorca, con Sobre los ángeles, de Alberti, o en las obras de Vicente Aleixandre.

  1. A partir de 1930 comenzaron las preocupaciones sociales y políticas y se hace más fuerte la influencia del surrealismo, que colabora en la aparición de una "poesía impura", comprometida con la situación del momento. La Guerra Civil impulsa una poesía de urgencia y compromiso, una poesía "de trincheras".

Tras la guerra (1936-39) el grupo del 27 se deshace: Lorca había muerto fusilado en 1936, muchos poetas marcharon al exilio y otros quedaron en España. Cada uno siguió un camino propio.

 En cuanto a las características comunes de este grupo de poetas, podemos citar las siguientes (algunas han sido mencionadas ya):

1.-Su carácter innovador, que se manifiesta en la influencia de los movimientos de vanguardia.

2.-Su reivindicación del siglo de oro español y de la poesía tradicional: Góngora, fray Luis, Juan de la Cruz, Lope de Vega, Quevedo...No hay, pues, rechazo de lo anterior, los poetas del 27 conjugan tradición y vanguardia.

3.-Contención y mesura en la manifestación de emociones. Se trata de una poesía de sentimientos, pero no sentimental (de ahí que se les haya calificado de autores fríos e intelectuales.)

4.-Cultivo de la imagen y de la metáfora, a menudo herméticas y difíciles de entender (imágenes visionarias, irracionales), aunque nunca caprichosas. 

5.-Repertorio formal muy rico: cultivan formas tradicionales, tanto cultas (sonetos, décimas...) como popular. (romances,  coplas) y formas vanguardistas: poemas visuales y verso libre.

 

La poesía de Pedro Salinas (Madrid, 1891-Boston, 1951).

Salinas forma, junto Jorge Guillén y Dámaso Alonso, el núcleo más intelectual de la generación del 27. Catedrático de universidad, crítico literario, sigue de cerca el magisterio de Juan Ramón y de la poesía pura. Salinas destaca como poeta del amor, en sus tres libros más conocidos: La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936) y Largo lamento (escrito durante los años de la guerra civil). En estos tres poemarios se expresa la experiencia amorosa como una búsqueda de la realidad esencial de la amada por parte de la voz poética, cuya existencia es "debida" a ella. Como tantas veces sucede en los poetas del 27, a los elementos vanguardistas se une la tradición anterior, expresada por los tres títulos: La voz a ti debida, por ejemplo, es un verso de la Égloga III de Garcilaso de la Vega, y el título de Largo lamento se basa es un verso de Bécquer. Su estilo es en apariencia sencillo -verso libre, rima asonante, escasez de adjetivos- que oculta un contenido de gran densidad conceptual.

La poesía de Rafael Alberti (Puerto de Santa María, Cádiz, 1902-1999).

Autor prolífico, sus numerosas obras abarcan distintas tendencias: el neopopularismo, ya citado (Marinero en tierra, libro centrado en el tema del mar, símbolo del paraíso perdido de la infancia y la adolescencia), el barroquismo (Cal y Canto, poemario influido por la poesía de Góngora y la de las vanguardias), el surrealismo, poesía compleja caracterizada por la irracionalidad de las imagen. (Sobre los ángeles) y la poesía social y política donde aboga por la revolución, ataca el capitalismo y defiende a los pobre y oprimidos. Ya en el exilio (entre el clavel y la espada), sus poemas reflejan la añoranza de la patria, la nostalgia de los bienes perdidos y la situación del desterrado. Alberti regresó a España tras la muerte de Franco. Sus últimos libros reflexionan sobre el mundo que lo rodea, el erotismo, el placer de vivir y el paso del tiempo.

La poesía de García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 1898-Granada, 1936).

Al igual que Alberti, Lorca se inicia en la tendencia neopopularista, con libros como Poema del cante Jondo y Romancero gitano (en este último libro, el gitano andaluz representa la vida, la fuerza, la libertad, y la guardia civil, su oponente, la persecución, el poder y la destrucción). La segunda etapa está muy influida por el surrealismo. A ella pertenece uno de sus libros más conocidos, Poeta en Nueva York, cuyo protagonista es la gran ciudad moderna, símbolo del materialismo, la deshumanización y la injusticia. Junto a la ciudad aparece el dolor de la voz poética, su deseo de amor, su soledad; su sufrimiento lo lleva a solidarizarse con el de los demás y le lleva a denunciar la opresión de los explotados y marginados, entre los que se encuentra la población negra. En la tercera etapa, están los poemas de sus últimos años, en los que conviven distintas tendencias: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, Seis poemas galegos, Sonetos del amor oscuro, este último libro inédito hasta 1984.

La poesía de Luis Cernuda (Sevilla, 1902-México, 1963).

El título del libro que reúne su poesía completa, La realidad y el deseo, enuncia las claves de su lírica: el enfrentamiento, la conciliación imposible entre el deseo (de belleza, de libertad, de amor) y la realidad (frustración, ausencia, caos). Su evolución poética se inicia con la poesía pura, sigue con poemas influidos por el surrealismo y el romanticismo (Donde habite el olvido, verso de una rima de Bécquer) y en la etapa del exilio se ve influido por la lírica romántica inglesa, en poemas que transmiten la nostalgia y la añoranza del exiliado, la angustia por el paso del tiempo, el recuerdo y las reflexiones sobre la historia de España. 

Las Sinsombrero

            “Las Sinsombrero” es una etiqueta creada alrededor de 2015 para hablar de las artistas de la generación del 27. El término apareció por primera vez en un documental producido por RTVE con ese título y su origen es una anécdota que contaba la pintora gallega Maruja Mallo: un día, dando un paseo por la Puerta del Sol, de Madrid, ella, la también pintora Margarita Manso, Federico García Lorca y Salvador Dalí, los cuatro decidieron quitarse los sombreros, a modo de provocación. Llevar la cabeza cubierta se consideraba en aquel tiempo un signo de decoro. El resultado es que fueron insultados por algunos viandantes.

            A partir de esta historia, la expresión “Sinsombrero” quiere referirse a la actitud libre, innovadora y desafiante de las mujeres que se dedicaron al arte y que, en general, quisieron llevar un estilo de vida diferente en el marco de una sociedad como la española a principios del siglo XX, bastante conservadora y con unas ideas muy rígídas sobre cómo debían comportarse las mujeres.

            Es un término que no se ciñe a las escritoras, sino que abarca un grupo amplio de artistas de todos los campos. Nosotros nos vamos a limitar, sin embargo, a hablar de las que se dedicaron a las letras. Las más destacadas son: María Zambrano, Rosa Chacel y María Teresa León.

            María Zambrano fue una filósofa, discípula de Ortega y Gasset. Empezó a publicar en la revista que promovía su maestro, la Revista de Occidente. Se implicó en política (decía que la política surge cuando tomamos cualquier decisión sobre el rumbo de nuestra vida) y durante la guerra civil trabajó activamente para el gobierno de la República. Tuvo que exiliarse al triunfar Franco. Su exilio discurrió en México, Italia y Francia. Con el regreso de la democracia, se asentó otra vez en España. Sus libros acercan la reflexión filosófica a la meditación poética (decía que la filosofía plantea las preguntas y la poesía las responde). Se preocupó mucho por el problema de la búsqueda de la esencia de las cosas por medio del lenguaje. Es una autora compleja, con textos a veces difíciles de seguir. Obras (dos ensayos): El hombre y lo divino y Claros del bosque.

            Rosa Chacel también fue discípula directa de Ortega y Gasset, pero se dedicó a la literatura: fue, principalmente, novelista. Sus obras están muy influidas por las ideas vanguardistas sobre el “arte deshumanizado” de su maestro: no se plantea “contar una historia”, sino dar expresión a ideas novedosas en torno a unos acontecimientos. Es decir, en sus libros no importa tanto el argumento como el modo en que lo desarrolla. Su novela más conocida es Memorias de Leticia Valle, publicada en 1945, en el exilio (puesto que Chacel apoyó a la República desde una ideología liberal); la novela trata sobre una adolescente que seduce a un profesor, el cual se acaba suicidando. Fue una obra bastante escandalosa en su momento.

            María Teresa León fue novelista, ensayista y autora de relatos breves. Como las dos anteriores autoras, pertenecía a una familia de la alta burguesía liberal y tuvo la suerte de cursar estudios universitarios en una época en que muy poca gente -y mucho menos, mujeres- podían permitírselo. Comenzó escribiendo prosa vanguardista. Conoció al poeta Rafael Alberti y abandonó a su marido para irse con él. Con la llegada de la República, regularizó su situación, divorciándose y casándose con el poeta. Sus intereses giraron hacia la política y se comprometió primero con la izquierda republicana y, durante la guerra civil, más concretamente con el Partido Comunista. A ella se debe la politización de Alberti.

            Ejerció diversos cargos culturales para los gobiernos republicanos durante la guerra, además de hacer labores de propaganda. Junto con su marido, se exilió al triunfar Franco. Durante las siguientes décadas, la pareja Alberti-León fue la cara más visible del exilio español, sobre todo porque recibia la promoción del movimiento comunista. De hecho, María Teresa León cambió su modo de escribir para adaptarse al modelo del “realismo socialista” (literatura realista con mensaje político y una estética opuesta a la vanguardia), que era el que promovía el gobierno de la Unión Soviética. Regresó a España en 1977.

 

Documental: Las Sinsombrero.